08 febrero 2012

Capitulo V "primera cita" parteII

Aunque me esta matando la intriga y quiero abrir los ojos para mirar por donde y hacia donde vamos, no le quiero defraudar, aguantare hasta llegar. Lo único que noto por el movimiento del auto que luego de unas cuadras hemos doblado y de ahí en más hemos tomado un camino recto, sin detenerlos, asique supongo que estamos en las afueras de la ciudad. Ahora comienza a disminuir la velocidad asique infiero que estamos llegando. Conduce un poco más y se detiene apagando el motor.
-¿ya puedo abrir los ojos?
-todavía no, yo te diré cuando puedes.
Me hace descender del auto y poniéndose detrás mío me va indicando el camino, hacemos un tramo un tanto largo, o quizás no sea así, que solo me parezca largo por mi estado de impaciencia. Repentinamente nos detenemos – ahora si puedes abrir los ojos- me dice.
Parpadeando continuamente voy abriendo los ojos, me cuesta un poco debido a todo el tiempo que los tuve cerrados. Cuando logro enfocar bien la vista, observo que delante mío hay un yate bastante moderno y fiel a su estilo. Ingresamos al lugar, puente de por medio y el capitán lo saca a navegar.
-Ven que te muestro el bote- me dice el extendiéndose su mano para que pose sobre ella la mía.
Me lleva a recorrer todo el bote, me muestra habitación por habitaciones, la cocina, el comedor, los camarotes, una más bella que la otra, debo admitir que estoy fascinada con este lugar. Por momentos me toma de la mano, para ayudarme a subir y bajar escaleras y por momentos, mientras caminamos, rodea mi cintura con su brazo, cruzamos miradas y sonrisas, no puedo negar que estoy nerviosa y la vez emocionada por esa situación y al parecer a el le esta sucediendo lo mismo.
-disculpe señor, quería avisarle que la cena esta lista para cuando deseen sentarse a la mesa- dice un joven vestido de mozo con una traje azul oscuro.
-¿quieres que cenemos ahora, o prefieres mas tarde?
-Ahora esta bien, debo confesar que ya tengo hambre- respondo esbozando una sonrisa.
-Esta bien, entonces vamos al comedor. Caminamos mientras sigue sujetándome de la cintura.
Algo me llama poderosamente la atención mientras cenamos, a mi me sirven platos bastante elaborados y a él tan solo un platón con un liquido rojo y no puedo evitar preguntar:
-¿Porque te molestaste en hacer preparan tan elaboradas comidas si tu no vas a comer?
-¡Porque quería que esta cena sea especial!
- ¿y porque tu comes esa, esa, esa sopa?
-Porque aunque me encantaría acompañarte con esa existía comida me han mandado dieta y solo me han indicado que en la cena puedo comer esta sopa de tomate.
-Entonces hubieras hecho sopa de tomate para los dos -respondo riendo como haciendo una broma.
-No, no, no podría permitir que tú comas esta cosa, es mucho más rico lo que prepararon para ti.
Al terminar la cena hicimos unas horas de sobremesa, hablamos de diversos temas, reímos, nos divertimos, e innegablemente se percibía un clima de tensión a varios quilómetros de distancia, y no porque nos llevemos mal, al contrario, porque ambos tenemos deseos de arrojarnos a los brazos del otro demostrándonos nuestro amor.
Unas horas mas tarde regresamos a la cuidad, dejándome en la puerta del edificio. Al despedirnos, casi nos besamos, pero finalmente no nos atrevimos, tan solo nos quedamos mirando un momento, y baje apresurada del coche.
Desde ese día en adelante cada vez que debía reunirme con Rocío en su casa él encontraba la excusa para quedarse cerca de nosotras. En una de esas oportunidades, como ya se había hecho de noche, afuera estaba muy frio y la casa estaba alejada de la cuidad Tomas se ofrece a llevarme a mi casa. En el camino hablamos se sonseras, nada interesante para destacar. Cuando ya estamos en la puerta del edificio me dice:
-No quiero ser atrevido, pero quisiera invitarte nuevamente a cenar.
-¿Ahora mismo?
-Si, desde la ultima cena que quiero hacerlo pero no quería ser atrevido, pero si no quieres o no puedes no hay problema otra vez será.
-La verdad que me tomas por sorpresa, debo bañarme, cambiarme, arreglarme un poco, no puedo salir en estas fachas –rio a causa de mis nervios.
-Bueno si es mucho lio lo dejamos para otro día.
-Si, es complicado, pero en ninguno momento rechace tu invitación- me quedo por un segundo en silencio y continúo- si me esperas a que me alistes podremos ir a cenar.
-¡Claro te eh de esperar!, tu ve que yo te esperare aquí en el coche.
-¿Cómo vas a esperar aquí?  Sube conmigo que te preparo algo de tomar mientras me alisto.
Sin resistirse acepta mi invitación como si hubiera estado esperando que lo hiciera. Baja del coche y le pone la alarma. Subimos al ascensor y para oprimir el botón del piso me acerco a el a pocos milímetros de su cuerpo, nos miramos por unos segundos y yo digo:
-Estas sobre el panel de botones.
-¡oh disculpa, no me había dado cuenta!
-no te preocupes.
Presiono el botón y el ascensor comienza a andar. Cuando se detiene, Tomas abre ambas puertas y me da paso para que salga primero, luego las cierra y caminamos por el pasillo hasta llegar a la puerta del departamento. Pongo las llaves en la cerradura, la abro y lo invito a pasar, pero el insiste en dejarme pasar primero. Estando ya adentro le indico que puede sentarse en el sillón diciendo:
-¿Que quieres que te prepare de beber?
-Nada, mejor ve a cambiarte, yo estaré bien.
-Bueno, ponte cómodo, ve la tele si quieres, siéntete como en tu casa.
Trato de estar lista lo más rápido que puedo. Cuando logro por fin terminar, salgo de la habitación hasta el comedor y le digo a Tomas:
-Ya estoy lista.
El se pone de pie, sus ojos muestran sorpresa, me mira lentamente de abajo hacia arriba, haciéndome una minuciosa radiografía. Me eh puesto unas botas color negras que me llegan casi a la rodilla que me había comprado hace unos días, un jean bien ajustada a mi figura al igual que la remera que también tiene un escote sensual, de mangas cortas y un bello estampado. En mis manos tengo una cartera de cuero que hace juego con las botas y el abrigo es un saco  también negro.
Esboza una sonrisa un tanto picara, pone su brazo izquierdo en forma de asa invitándome a entrelazar mi brazo en el de él y salimos a nuestra primer cita.
De camino al centro dice:
-¿Qué te parece si cambiamos la cena por el cine? La verdad es que no tengo mucho hambre y prefiero ver una película, pero si tu quieres ira cenar te acompañare.
-Me parece una buena idea, yo tampoco tengo mucha hambre y es más entretenido ver una “peli”.
-Bueno, entonces ¿que película quieres ver?
- No se que películas se han estrenado últimamente asique elige tu mejor.
Continuamos el viaje hasta un estacionamiento donde dejamos el coche, de ahí caminamos hasta el cine donde vimos una película que no se de que se trata, ni quiera si es buena o mala, porque durante toda su emisión no podía evitar mirarlo a Tomas o pensar y desear que me abrase o hasta lograr un beso de su parte.
Pero el tiempo ya paso, se encienden las luces de la sala y nada interesante ha pasado, creo que es demasiado correcto como para robarme un beso o darme un abrazo sin tener mi consentimiento.
-¿Qué te ha parecido la película?
 Haciendo de cuenta que si la vi le respondo:
-Me ha gustado, aunque  hubo momentos que no le eh prestado mucha atención.
Ríe complaciente- la verdad que yo tampoco le eh prestado mucha atención, no es lo que esperaba. ¿Ahora quieres ir a cenar o a algún otro lado?
-No esta bien, prefiero irme a mi casa, mañana debo levantarme temprano.
Asique salimos del cine, regresamos al estacionamiento, subimos al coche y me lleva a mi casa de regreso, detiene el motor del auto.
-Desde nuestro primer encuentro que tuvimos e deseado besarte pero no se como te lo… no lo dejo terminar de hablar y lo beso, un beso corto pero que eh esperado dárselo por mucho tiempo, nos miramos en silencio y antes que pueda decir algo él me besa, pero este beso es mas largo e intenso.
- yo también hace mucho tiempo que deseaba besarte- responde.
-Desearía quedarme más tiempo aquí contigo, pero debo irme a descansar un poco, no quiero que te lo tomes a mal, ¡me encanto que nos besáramos!
- te comprendo y, a mi también me gusto que nos besáramos. Prometo que esta no será ni la primera ni la última vez que lo hagamos, ya que cada día que pasa tengo mas deseos de estar contigo.
Quedo sin palabras, asique tan solo lo beso nuevamente, bajo apresurada del auto y desde el porche del edificio veo como se marcha en su coche.


17 octubre 2011

Capitulo V "primera cita" parteI


Mientras duermo siento que alguien me esta observando, pero al despertar no logro distinguir nada, esta todo demasiado oscuro, no siento ruidos y mucho menos observo movimientos. Enciendo la luz del velador que tengo a la derecha de mi cama, me despojo de las sabanas, me asomo a la ventana donde me apoyo, esbozo una sonrisa y muevo mi cabeza mientras pienso que es una locura que alguien me este observando, que este dentro de mi casa sin haber sido invitado a entrar, eso es imposible viviendo en un piso quince y es imposible que alguien pueda trepar semejante altura, asique regreso a mi cama, me cobijo con las sabanas y vuelvo a dormir.
 No puedo desquitarme de la sensación de estar siendo observada todo el tiempo, cuando atravieso el campus del Instituto por las noches, cuando duermo en mi habitación, pero más aun cuando estoy atravesando algún lugar un poco peligroso.
Recostada en el sillón de mi departamento, luego de haber ordenado todo el departamento y para luego seguir con la limpieza, pongo una película que compre ayer en un video club, una romántica, de una pareja que tiene que atravesar muchos avatares y desencuentro para verse de nuevo luego de diez años y encontrar a su hijo que hasta ese momento habían creído que estaba fallecido.
 En ese momento, el celular que lo había dejado sobre la mesa de la cocina vibra sin cesar, abro y observo que hay un mensaje en espera que dice:
- Hola, ¿Como estas?
El número me es desconocido, mi intriga por saber quien es hace que inmediatamente le conteste:
-Bien pero, ¿Quien sos?
- Soy Tomas el hermano de Rocío, ¿Puedo llamarte?
- Si claro.
 De inmediato siento sonar mi celular, no me ha dado tiempo ni para agendarlo. Atiendo y siento su voz que me dice:
-¿Cómo has estado?
Su voz tan  dulce y a la vez fuerte me hace desear verlo ahora mismo y al mismo tiempo recordar la noche que pasamos juntos. Salto del sillón y camino de un lado al otro mientras lo escucho, me  pongo nerviosa, no puedo evitarlo, se siente en mi voz. De todos modos trato de disimularlo y contesto.
-Bien, un poco agotada por el trabajo, pero afortunadamente todo marcha bien, y ¿y tú que me cuentas?
- Aquí andamos, trabajando mucho en el restaurante pero eso no importa, te llamaba porque tenía ganas de hablar contigo, espero no ser inoportuno.
-¡Claro que no!,-respondo exaltada denotando mi emoción- estaba viendo un poco te televisión, descansando un poco, para luego seguir limpiando el departamento.
-Entonces si soy inoportuno, mejor te dejo descansar y te llamo en otro momento.
-¡Pero te digo que no, no me molesta en absoluto!
Por horas estuvimos conversando como en la noche de la fiesta, haciendo que el mundo a nuestro alrededor no exista, lo único importante somos nosotros dos en este preciso momento.
-Me agrado mucho hablar contigo nuevamente, pero debo regresar a trabajar- queda unos segundo en silencio y para romper con ese momento incomodo respondo -A mi también me agrado hablar contigo. También continuare con la limpieza.
-No me has dejado terminar de hablar, quiero decir que debo regresar al trabajo pero tengo deseos de verte y quisiera invitarte a cenar.
Quedo estupefacta, segundos en silencio que parecen eternidad, quiero responder a gritos que si, pero guardo la compostura, respiro profundo y ya un poco más calmada contesto:
-Es una buena idea, pero ¿cuando?
-Cuando tú quieras, aquí me cubren en el trabajo, asique eso no es problema.
Si fuera por mi le diría de salir ahora mismo, pero guardo un poco de compostura, no quiero parecer desesperada, será mejor dar unos días disponibles y que él decida – preferiría que sea algún día de fin de semana, porque durante la semana, entre el trabajo y el Instituto termino agotada. Nos mantenemos en silencio, el pareciera que estuviera pensando que día invitarme y yo esperando que conteste.
-¿Qué te parece esta noche? Ya que es sábado y podrás aprovechar mañana para descansar  empezar bien la semana. ¿Me eh apresurado mucho verdad?
-No, está bien. Solo dame tiempo a arreglarme.
-okey, entonces te paso a buscar a las diez. Dime tu dirección, no mejor no te hago perder más tiempo, se la pido a Rocío. Nos vemos mas tarde. Besos
-Adiós, nos vemos más tarde.
¿Adiós? ¿Nos vemos mas tarde?, ¡que imbécil! ¿En que estaba pensando? Creo que demuestra mas emociones una estatua que yo. Cierro la tapa del celular y observo la hora, ¡son las ocho, si sigo dando vueltas no llegare con el tiempo! Dejo el celular sobre la mesa, corro a la habitación a buscar una muda de ropa y me doy una ducha rápida.
A la saluda del baño observo nuevamente la hora, han pasado solo veinte minutos, pero ahora queda la tarea mas difícil, ¡ver que ropa ponerme! Las mujeres sabrán comprender que esta es una tarea muy difícil para nosotras, porque a pesar de que tengamos el armario rebalsando de ropa, nunca tenemos que ponernos, nada que sea adecuado, en estas ocasiones es cuando desearía ser rica o ganar mucho dinero para poder hacer de una habitación un enorme armario donde tenga tanta ropa como en una tienda.
Luego de revisar y probarme todo lo que tengo opto por unos jeans azules claros, bien ajustados, una camisa blanca larga hasta los muslos, un tanto clásica pero siempre efectiva de mangas cortas y para darle un toque extra coloco un cinto negro, ancho y de cuero a la altura de la cintura, y en los pies unos zapatos de cuero negro con la suela de caucho.
Miro nuevamente el reloj, tan solo  falta una hora, ¡cada vez estoy más nerviosa! Afortunadamente del cabello no debo preocuparme porque al secarse solo se enrula un poco, asique lo acomodo un poco y sujeto algo suelto hacia un costado. En un alhajero que tengo busco unos enormes aretes que compre hace unos días y un collar haciendo juego. Luego en el baño me maquillo, algo suave, para la ocasión. En ese instante sueña el timbre del portero, del susto pego un salto y corro a contestar, es él, asique le pido unos minutos, tomo mi chaqueta y bolso y bajo hasta donde me esta esperando.
Subo al coche y conduce, hablamos de muchos temas sin importancia, pero cuando le pregunto hacia donde vamos tan solo responde que es una sorpresa o queda en silencio.
En un semáforo, mientras que esperamos que la luz nos habilite para continuar el camino me dice:
-cierra los ojos.
- ¿para que?- respondo un tanto sorprendida.
- porque quiero que sea una sorpresa el lugar a donde vallamos.
-¡esta bien!
Mientras cierro los ojos me dice- ¡y no hagas trampa!
-¡lo prometo!

09 mayo 2011

capitulo IV "Una sola mirada" parte II

Solo unos segundos en silencio sirvieron para darnos cuenta que esta situación nos estaba incomodando a ambos, yo parada con mis manos hacia atrás y mi mirada que quería quedarse fija en el pero observaba a mí alrededor cada vez que sentía su mirada sobre mi, la cual me intimidaba, me ponía nerviosa. El no me quitaba la mirada, me observaba como si fuera un objeto único que si dejara por un instante de ver se iría y jamás volvería encontrar. Para distender el clima él dice:
-Todavía no nos han presentado, mi nombre es Tomas, pero mis amigos me dicen Tomy, ¿vos como te llamas?
- Lucia… mi nombre es Lucia- le contesto con la voz un poco nerviosa y titubeante.
-Mucho gusto Lucia- me dice mientras toma mi mano y me da un beso en ella, sonrió y continúa diciendo- ¿vamos al jardín?, te invito un trago.
Con una mirada tímida en mis ojos acepto su invitación. Atravesamos el vestíbulo, que esta decorado elegantemente, frente a mí una escalera de cristal que conecta con el piso siguiente, a ambos lados míos un arco que vincula con otra habitación de la casa, a la derecha de la escalera un amplio pasillo que conduce hacia otra puerta y luego de ella esta el jardín.
Tomas posa su mano en mi espalda y con un leve movimiento me dirige  hacia la derecha hasta una terraza donde hay unos sillones rústicos y en el centro una mesa baja acorde a la decoración. Me pide que lo espere allí mientras el va hacia uno de los costados donde esta ubicada la barra. De allí regresa con un solo baso en su mano, lo que me extraña ya que había interpretado que con su invitación el también consumiría algo. Mientras me entrega el baso me pregunta:
-¿preferís que nos quedemos aquí o vallamos a otro lado?
Miro a nuestro alrededor con un paneo rápido, los sillones están casi todos ocupados con gente que habla tan fuerte que me llegan a aturdir, frente a nosotros esta la piscina que no esta tan abarrotada de gente, denota un clima mas sereno para poder hablar y justo a un costado de ella no hay absolutamente nadie.
Mi boca quería gritar que deseaba que estemos en un lugar donde solo seamos nosotros dos, respire hondo unos segundos, calme mi ansiedad y respondí- ¡Donde vos prefieras, a mi me da lo mismo!. Él como si leyera mi mente me dijo, al mismo tiempo que señalaba la piscina justo donde no había nadie:
- que te parece si mejor vamos a allá, aquí hay mucho ruido me parece.
-Está bien-respondo, bajo mi mirada y caminamos hacia donde Tomas indico. Nos sentamos al borde de la pileta, dejamos nuestros zapatos a un costado, adentramos nuestros pies dentro de ella y no puedo evitar preguntarle.
-¿No vas a tomar nada? Creí que cuando me invitaste una copa, vos también tomarías algo.
-La verdad que no tengo  ganas de tomar nada, quizás mas adelante.
Nos pasamos horas hablando, conociendo todo él uno del otro, mientras que los invitados, uno a uno se van yendo del lugar. Al notar que estaba quedando poca gente en la fiesta miro mi reloj y me doy cuenta que ya es muy tarde; me levanto de prisa para buscar mi bolso, pero Tomas me toma del brazo evitando movimiento alguno de mi parte, vuelvo a sentarme y le digo:
-¡Debo irme, ya es muy tarde!
-Okey, entonces déjame que te lleve- responde
-¡No, esta bien!, no te preocupes me tomo un taxi.
-¿Cómo voy a dejarte ir en taxi cuando yo puedo llevarte? Además no pasan taxis por aquí a menos que los llames, espera que saque el auto y te llevo, y ¡no acepto un no como respuesta!
Lo miro y sonrió, con mis palabras trato de no aceptar su invitación, de disimular mi ansiedad y nervios, pero por dentro me muero por aceptarla para seguir a su lado una que sea por unos instantes más.
Tomas es muy insistente asique termino por aceptar, tomo mis cosas y caminamos juntos hasta el auto, me abre la puerta, subo, la cierra, luego sube él y arrancamos. Al igual que Rocío parece que él también le invierte mucho tiempo y dinero a su auto, lo ah pintando de un azul metalizado, los tapizados del interior están en negro con detalles en azul y la radio y el sistema de sonido es imponente.
Durante todo el viaje, ambos estamos en silencio, como si no hubiera nada que contarnos, ¡pero no es así!, quiero saber mas de él, hay algo que me intriga y quiero descubrirlo,  pero creo que lo mejor es mantener el silencio, recordando lo bien que lo hemos pasado esta noche, esperando volver a verlo pronto.
Tomás estaciona el auto en la puerta del edificio y apaga el motor, continúa el silencio por unos segundos más hasta que le digo:
- Bueno muchas gracias por traerme, aunque vuelvo a repetirte que no hacia falta.
-No te hagas problema, que para mí no es una molestia, al contrario- me sonríe, nos acercamos el uno al otro, nos miramos fijamente, el tiempo vuelve a detenerse, siento como mi cuerpo tiembla a cada instante que se va acercando hacia mi y cuando nuestros labios están a solo un suspiro de distancia alguien golpea la ventana, rompiendo con la magia de ese momento. Esta persona es un policía que nos dice:
-Están estacionado en un lugar no permitido, asique va a tener que mover el vehículo
- ¡Oh disculpe no nos dimos cuenta!, de todos modos él ya se iba- le contesto
Asique bajo del coche, camino hasta la puerta del edificio desde donde despido a Tomas agitando mi mano y él por su parte responde asintiendo su cabeza; por un instante tuve el impulso de volver corriendo al coche y besarlo, pero me contuve para no confundir las situación y esperar el momento indicado, pone en marcha el auto y se va. Subo a mi departamento y me acuesto feliz por la noche que pase, expectante de lo que pueda pasar de ahora en más y con la esperanza de que esto dure mucho tiempo, pero también sigo pensando que hay algo en el que me intriga, no sólo de él sino de toda su familia y estoy dispuesta a descubrirlo.

25 abril 2011

capitulo IV "Una sola mirada" parte I

Despierto de un sueño reconfortante, tanto como dormir sobre suaves nubes de algodón, arrulladas suavemente por la brisa que entraba por la ventana que había dejado abierta a causa de que me quede dormida antes de poder levantarme a cerrarla.
Doy unas vueltas en la cama, quiero retrasar el momento de levantarme, me tapo la cara con las sábanas, estiro y encojo mis piernas una y otra vez, me destapo, miro hacia la ventana, la luz del día me da en el rostro y nuevamente me tapo, doy unas vueltas mas, intento volver a dormirme, pero al pareces el sueño ya no quiere regresar, me destapo, tomo mi celular que esta sobre la mesa de luz a mi derecha, ¡ya son las diez de la mañana, con razón ya no tengo sueño!, me eh acostumbrado tanto a levantarme temprano que ya eh dormido por demás.
Me levanto de la cama como si hubieran presionado un botón y me eyectaran de allí, exaltada, pensando en que hoy es la fiesta y deberé pensar que ropa ponerme, arreglarme, claro que luego de terminar con los pendientes que tengo.
Del armario saco una remera y un pantalón mustios que utilizo para andar aquí dentro, bien cómodos para estar de entre casa. Desarmo la cama para cambiar las sábanas por unas nuevas, mejor dicho limpias y vuelvo a tenderla. Con la aspiradora limpio la alfombra que cubre el total del suelo de la habitación. Continúo con el aseo del resto del departamento, el baño y el living comedor.
Observo la hora en el reloj de pared que tengo delante mío, ya se han hecho las doce del medio día, es momento de descansar un poco y prepararme que comer. Estoy tan agotada que no tengo ganas de cocinar asique pido una pizza a un delibery del que me dieron el número hace unos días. Mientras espero que llegue el encargo prendo la televisión y me siento a buscar algo para ver.
Instantes mas tarde llaman al portero, es el delibery que me trae la pizza. Tomo las llaves y bajo hasta la puerta del edificio para recibir la entrega, y por la atención de traérmela hasta aquí le dejo una propina al joven.
De regreso en el departamento almuerzo mirando un poco de televisión y luego pongo el despertador para dormir hasta las cinco de la tarde y así poder tener tiempo para arreglarme para esta noche.
Suena el despertador, ya son las cinco de la tarde pero sin embargo pareciera que hubiera dormido tan solo cinco minutos. Me levanto y me doy un baño. Miro en mi armario y no encuentro ropa adecuada para la ocasión. Todo lo que me pruebo lo siento incomodo e inapropiado, asique tomo mi cartera y salgo a comprar algo de ropa y unos lindos zapatos ya que me ha quedado un poco de dinero de mi ultimo sueldo.
Camine por varias horas. Recorrí varios negocios. Nunca me había probado tanta ropa en mi vida. Sentía que nada me quedaba bien. Hasta que encuentro lo que sin pensarlo estaba buscando, un bello vestido negro con pequeños detalles en plateado el cual deja al descubierto mis hombros y marca mi figura, que modestia aparte creo estar en buena forma, y unos zapatos de tacón también de color negro que estiliza mi postura.
Habiendo comprado lo que tanto había buscado regreso al departamento en donde me visto, arreglo mi cabello y me maquillo un poco, nada extravagante, no es mi estilo, solo uso rímel y delineador en los ojos y un brillo labial color durazno. El cabello me lo dejo suelto y al natural, sin plancharlo ni risarlo. Media hora antes de las diez ya me encuentro lista para salir, expectante de lo que pueda suceder esta noche. Salgo hasta la puerta del edificio y tomo un taxi que me lleve a la fiesta.
Desde el taxi observo durante todo el camino lo bella que se ve la ciudad en la noche, llena de vida, una vida distinta a la que observo durante el día; la gente se la nota mas relajada, disminuyeron el ritmo de sus pasos y los autos su velocidad, como queriendo admirar también la belleza que tienen a su alrededor.
Por lo visto la casa esta un poco alejada de la ciudad, ya que nos estamos alejando de la urbe y comenzando a transitar un tramo de la ruta. No puedo negar que siento temor porque no conozco el lugar, esta desolado, viajando sola con un hombre que no conozco y no se hacia donde me esta llevando, si en realidad hasta la casa de Rocío o sabe quien hacia donde. Afortunadamente mis temores se van disipando a medida que veo que nos estamos acercando hacia lo que aparenta ser una casa quinta.
En la entrada hay un enorme portón de hierro y a un costado un portero electrónico desde donde sale una voz que pregunta nuestros nombres, el chofer del taxi contesta que trae una pasajera y da mi nombre, el portón se abre y delante nuestro hay un camino de un poco más de trescientos metros con arboles añejos pero en buen estado a ambos lados, delimitando el recorrido.
Al final de este camino nos encontramos con una rotonda la cual el coche va rodeando y en el centro una enorme fuente que denota su antigüedad pero en buen estado. Del otro lado esta la casa, su tamaño es tan enorme como una mansión, con una gran puerta de cristal y hierro en su entrada, tres pisos de altura y alrededor de diez ventanas por cada uno. Bajo del coche, veo a Roció que justo sale de la casa y viene hacia mi a recibirme.
Luego de preguntarme como estuvo el viaje y si encontré con facilidad la dirección entramos a la casa, Roció me presenta a algunos de sus invitados, uno de ellos es su hermano, un joven apenas un poco mas alto que yo, de  cabello castaño y ojos miel; de tanta belleza que no me alcanzarían las palabras para describirlo. Tanto él como yo nos miramos fijamente, como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento para que nos pudiéramos ver eternamente. Rocío observando esta situación nos deja para que nos conociéramos y sigue atendiendo al resto de los invitados. 

21 marzo 2011

Capitulo III "La invitacion" parte II

En la esquina del edificio le indicio donde puede estacionar para poder descender del coche. Disminuye la velocidad paulatinamente a medida que se acerca a la vereda hasta estacionar.
-Gracias por traerme hasta mi casa.
-No es molestia para mí asique siempre que necesites ir a alguna parte avísame que sin dudarlo te llevare a donde lo necesites y nuevamente te pido disculpas por mi actitud mientras viajábamos.
-No tienes porque disculparte, solo tendré que acostumbrarme- rio efusivamente para que no se sienta mal. Porque debo admitir que a pesar de que tuve temor que tuviéramos un accidente, también quería cantan casi, a gritos y moverme en el asiento, como ella lo hacia, sentirme libre, eso es, sentirme libre aunque fuera tan solo un por unos pocos minutos.
Apoyo mi mano en la abrazadera de la puerta, hago palanca hasta sentir que se destraba, la abro por completo, saco mi pierna izquierda hacia afuera y cuando quiero sacar el resto de mi cuerpo Rocío asienta su mano en mi brazo, giro mi cabeza hacia su dirección y es cuando me recuerda que el sábado a partir de las 10 de la noche comenzara la fiesta y puedo ir cuando lo desee. Termino de descender del coche, cierro con cuidado la puerta, agitando mi mano me despido de ella e ingreso al edificio.
Indudablemente su invitación me agrada, me hace sentir estoy siendo parte importante de la vida de alguien en esta ciudad, pero también tengo la inquietud de saber como me sentiré, no conozco a nadie mas que a Rocío y no podrá estar conmigo toda la noche porque deberá atender al resto de los invitados. Pero  esa incertidumbre solo me la podre sacar cuando llegue allí y, ¿quien sabe?, Hasta la pase muy bien y conozca gente nueva.
Subo hasta mi departamento y ni bien abro la puerta observo en el estado funesto que se encuentra, vajilla que me quedo para lavar de la noche anterior y esta mañana, ropa que había dejado sobre las sillas y el sillón secándose, es  tal el caos que no se por donde empezar. Cuelgo mi cartera en el perchero y me dispongo a empezar por lavar los platos, afortunadamente tan solo es un plato, una taza, un juego de cubiertos y dos ollas; a medida que las lavaba las iba colocando en un rincón de la mesada donde previamente había colocado una rejilla para que absorba el agua que se escurre, repaso la estufa y mientras termina de secarse todo voy levantando la ropa que esta seca, la cual simultáneamente voy doblando para evitarme el planchado, apilada una sobre la otra la dejo sobre la mesa.
Tomo una por una la vajilla, repasándola con una rejilla seca y la guardo en su lugar. Con esa misma rejilla repaso la mesada, estrujo la que estaba usando para escurrir el agua y sitúo a ambas sobre la mesada para que se sequen. Debería también barrer un poco, no perdería mucho tiempo, pero desde chica me han inculcado la “superstición” de que de noche no se barre, no recuerdo bien porque y si será real, pero por si acaso prefiero dejarlo para mañana.
Recojo la ropa que había dejado apilada sobre la mesa y me dirijo hasta la habitación, la observo desde la puerta, otro caos me espera, pareciera que nunca lograre dejar en orden el departamento.
Respiro profundo, contengo el aire un segundo y lo suelto. Apoyo la ropa que tengo en mis manos sobre un mueble que hay a mi derecha para levantar la ropa que deje regada sobre la cama, ni siquiera se que esta limpio y que sucio asique meto todo en el canasto que tengo para la ropa sucia, me siento en el piso frente al armario que deje todo revuelto esta mañana cuando buscaba mi blusa favorita que por cierto no encontré, saco prenda por prenda que doblo con cuidado y voy dejando a mi costado, a la derecha las blusas y a la izquierda faldas y pantalones y tal como quedan apiladas las ubico nuevamente dentro del armario.
Me levanto con dificultad debido al dolor de espalda que me aqueja a causa del cansancio que tengo, vuelvo hasta el mueble donde deje la ropa y la guardo en el armario siguiendo el orden de las hileras que arme unos instantes atrás. La cama la dejo tal cual esta ya que en un rato, después de cenar, me iré a dormir.
Regreso a la cocina y de la heladera saco una pequeña fuente de plástico con restos de comida que de inmediato meto en el microondas para calentarlo. Mientras tanto preparo una bandeja con el plato, cubierto y baso con gaseosa. El microondas emite una bocina anunciando que ya a calentado la comida, la saco de allí y la sirvo en el plato que había reservado. Dejo la fuente en la pileta, tomo la bandeja y camino hacia la habitación.
Mientras ceno en la cama, dejo la televisión en un canal donde están dando una película que muchos habían recomendado cuando la estrenaron.  Termino mi cena  y para que no me quede nada pendiente para el fin de semana, me puse al día con el Instituto que lo tengo un poco relegado a causa de las horas que me consume estar en el trabajo,  pero no logro terminar con mi cometido pues me quedo dormida a mitad de la lectura de un apunte, semi-recostada y  con el libro sobre mi pecho, en la madrugada me despierto por la luz dela televisión que me molesta, miro la hora, son las tres, dejo el libro sobre la mesa de luz, apago la televisión y encuentro una mejor posición para continuar durmiendo hasta que no tenga mas sueño aprovechando que al día siguiente no tengo que trabajar.


18 marzo 2011

Capitulo III "La invitacion" parte I

Ha pasado tiempo y todo marcha bien, siguiendo su curso natural. En el Instituto me esta yendo muy bien por suerte y eh forjado una buena amistad con Rocío, como lo había previsto o quizás  deseado desde el primer día que nos hemos visto. Su amista me ha permitido desenvolverme mejor en la ciudad, conocer más gente y no sentirme sola. Lo cual no quiere decir que me halla olvidad de Avril y Celina, obviamente sigo extrañándolas y esperando poderme tomar unos días para ir a visitarlas a ellas y a mi familia, pero con Rocío las cosas se me han hecho un poco mas livianas en este tiempo.
Como todos los días llego al Instituto. Asisto a las clases asignadas para el día.  En la última, día me siento junto a Rocío cerca de una ventana que da a la calle. Desde allí puedo observar los últimos segundos del atardecer antes de que se esconda por completo el sol. Esta de un color anaranjado anunciando que mañana el día estará con una temperatura agradable después de tanos días de frio que hemos pasado.
En medio de la clase,  ella me escribe en la hoja de mi cuaderno:
-El sábado voy a festejar  mi cumpleaños, ¿quieres venir?
- Bueno dale, decime donde y a que hora- le conteste
- La fiesta será  en mi casa, pero luego te explico mejor.
En ese preciso momento el profesor anuncia la finalización de la clase, asique tomamos nuestras cosas y salimos del aula. Atravesamos el pasillo hasta la puerta de salida. Ya no queda nadie, al parecer somos la última clase que queda en el Instituto.
En el campus todo esta bastante oscuro, hay muy pocas luces en el camino y no iluminan mucho que se diga. Asumo que, a pesar de que ya han pasado varios meses de que han comenzado las clases y me toca transitar el mismo sendero, todavía siento temor de atravesar este lugar, todas las noches tengo la sensación de que alguien me vigila y más aun en los días que Rocío no asiste a clases y debo regresar sola. Esas situaciones me ponen muy nerviosa, sentir que continuamente estoy siendo observada me altera. Si tan solo supiera, o siquiera pudiera ver el rostro de esa persona que me observa, seria distinto, con eso no quiero decir que sea bueno o malo, pero me exaspera cada vez que siento la mirada sobre mí y que al darme la vuelta para poder ver quien esta nunca llego a ver nada.
Rocío  se ofrece a llevarme hasta mi casa ya que en esta ocasión ha venido en coche, no desprecio su ofrecimiento pues hoy me eh cansado mas de lo común en el trabajo y  no tengo aliento ni para caminar hasta la parada del colectivo. Caminamos hasta el estacionamiento de donde debe retirar el coche, el modelo no es tan actual, será de hace unos seis años atrás, pero esta impecable; en el paragolpes y el porta equipaje tiene anexado accesorios de lo que se conoce ahora como “Tuning”, también el fue color seguramente elegido por ella por que tiene un color rosa pero engamado con diferentes tonalidades. Subimos al mismo.  En el interior los tapizados están en negro con detalles en fucsia. Y del equipo de sonido ¿Qué decir?, ¡es impresionante!, la radio es de ultima tecnología, tiene entrada para cualquier sistema de memoria, todas las teclas se iluminan en la oscuridad, los parlantes de color negro metalizado están situado en la parte trasera del auto, saliendo del porta equipaje. No puedo evitar elogiarle el coche, ella se siente orgullosa del resultado que logro y sin titubear me dice que cuando yo tenga uno me ayudara a acondicionarlo como yo lo prefiera.
En el camino a casa ella me cuenta que realizará la fiesta  en su casa, advirtiéndome que queda un poco alejado y es conveniente que valla en coche y evada la opción de ir en colectivo. Se ofrece a irme a buscar pero le respondo que no es necesario, que pediré un taxi, no quiero importunarla, seguramente tendrá muchas cosas que hacer y deberá estar presente para recibir a los invitados.
Extiende su mano hasta la radio y sube el volumen mientras exclama ¡me encanta esta canción!, ¿A ti no?, le respondo que si con un tono poco plausible porque debo admitir que a pesar de que sea una bella canción, ¡ya estoy fastidiada de escucharla todos los días por la radio en mi trabajo, y no solo una vez al día, sino cada vez que un programa nuevo comienza porque es la canción del momento y todos la ponen en su repertorio! Simultáneamente presionan un botón de entre tantos que se encuentran en un tablero debajo de la radio, con lo cual la capota comienza a descender lentamente hasta abrirse completamente.
Ella se deja llevar por la euforia de la canción, agita su cabeza de un lado al otro, su cabello se revuelve, canta tan fuerte que hasta llega a gritar, mueve todo su cuerpo al compás de la canción, como si la hubieran hechizado o hipnotizado e ingresado a un estado de trance. No puedo evitar mirarla con temor ya que pareciera que le presta más atención a la música que a observar el camino y al contrario que ella me encuentro estática en mi lugar, llegando casi al pánico al ver como rebasamos los coches a muy corta distancia y ella pareciera ni percatarse de la situación.  Mira hacia mi dirección y al verme en que estado me encuentro me pregunta con simpatía:
-¿Que te sucede? ¡Pareciera que tuvieras miedo!
-Sinceramente sí lo tengo, te veía tan feliz con la música, pero  no le prestabas mucha atención al camino.
-Tienes razón, a veces me posesiono tanto con algo que me olvido del resto del mundo, de todos modos no te preocupes que tengo muy buenos reflejos algo como – calla un segundo- como un don podría decirse.
En silencio se acomoda correctamente en su lugar, siguiendo el resto del camino escuchando la música.

25 febrero 2011

Capitulo II "primeros dias"... Parte II

Veinte minutos más tarde, a un paso bastante rápido, que cualquiera hubiera pensado que había salido a trotar, llego a destino. En la entrada hay un enorme jardín con bancos y mesas de cemento. Grupos de jóvenes sentados por doquier, reencontrándose.
Camino por los senderos que indican un recorrido hacia alguna parte, siguiendo las indicaciones de los carteles hasta el edificio central donde se encuentra la recepción. Retiro el listado de mis materias y horarios de este año.
Regreso al parque y me siento en un banco que hay frente a mí, debajo de un enorme árbol, a leer mis horarios y esperar la primera clase. Por momentos levanto la mirada para observar a mí alrededor y noto que este lugar es enorme. Aquí se dictan numerosas carreras por lo cual hay tres edificios a cada lado del edificio central donde estuve recién. Miro la hora y noto que es tiempo de entrar a clase.
Los jóvenes que estaban sentados en el jardín se levantan y apuran su paso para ingresar a las clases. Muchos me pasan por al lado como si yo no existiera en ese lugar. Subo cinco escalones e ingreso al segundo edificio de la derecha. Su fachada es impecable. Completamente aseado y prolijo.
Subo las escaleras hechas en mármol de un tono claro, hasta el tercer piso donde esta el aula en la que se dictara la clase. Me paro en la puerta, esta casi completa. Voy haciendo lugar pidiendo permiso para pasar hasta encontrar un asiento vacio casi al fondo del lugar, sobre una ventana. Mientras observo a quienes están a mí alrededor escucho la clase.
Al terminar la ultima clase, salgo del edificio. Ya sea ah hecho de noche. Ha sido un largo día y bastante tupido para ser el primero. Es en momentos como este que quiero desistir y regresar a Almar, junto con mis seres queridos, aquí me siento muy sola, pero no me daré por vencida, no aún por lo menos.
Comienzo a caminar, pero en ese preciso momento escucho la voz de una joven que a los gritos trata de llamar la atención de alguien. Doy media vuelta y la veo que viene corriendo hacia mí diciéndome:
-¡Te olvidabas tu sweater!
            Eh visto a la joven en las últimas clases, aparentemente es amable, gentil y alegre. Tiene cabello castaño casi tan largo como el mío, pero a diferencia de mi ella lo tiene ondulado, sus ojos son grises y es tan alta como yo. Pero me llama mucho la atención su color de piel, es mas pálida de lo común como si nunca se hubiera dejado ver por el sol, quizás tenga alguna enfermedad a la piel o vaya a saber que. Es algo que por ahora no podre dar respuesta. 
 - ¡Oh muchas gracias!- le sonrío en señal de agradecimiento-
- ¿Como te llamas?- me pregunta la joven y continúa diciendo- mi nombre es Rocío, somos compañeras en algunas clases.
- ¡Si…te eh visto. Mi nombre es Lucia y nuevamente gracias por alcanzarme el abrigo!
 Finalmente retomo mi camino, pero ahora con la sensación de que voy a tener una compañía y quien sabe lleguemos a ser buenas amigas.
Apenas llego al departamento, suena el celular. Es de uno de los empleos que me cita para el día siguiente a media mañana para una entrevista. En cuanto colgué el teléfono comencé a saltar y gritar por la emoción, hasta que  escucho la queja de los vecinos  que me piden silencio y me detengo pero sin poder contener mi alegría. Inmediatamente llamo a mi familia para contarle las buenas noticias.
Con trabajo que me va a permitir vivir aquí sin ocasionarle gastos a mi familia y con una compañía en el Instituto me siento más tranquila y menos solitaria en la ciudad.