17 octubre 2011

Capitulo V "primera cita" parteI


Mientras duermo siento que alguien me esta observando, pero al despertar no logro distinguir nada, esta todo demasiado oscuro, no siento ruidos y mucho menos observo movimientos. Enciendo la luz del velador que tengo a la derecha de mi cama, me despojo de las sabanas, me asomo a la ventana donde me apoyo, esbozo una sonrisa y muevo mi cabeza mientras pienso que es una locura que alguien me este observando, que este dentro de mi casa sin haber sido invitado a entrar, eso es imposible viviendo en un piso quince y es imposible que alguien pueda trepar semejante altura, asique regreso a mi cama, me cobijo con las sabanas y vuelvo a dormir.
 No puedo desquitarme de la sensación de estar siendo observada todo el tiempo, cuando atravieso el campus del Instituto por las noches, cuando duermo en mi habitación, pero más aun cuando estoy atravesando algún lugar un poco peligroso.
Recostada en el sillón de mi departamento, luego de haber ordenado todo el departamento y para luego seguir con la limpieza, pongo una película que compre ayer en un video club, una romántica, de una pareja que tiene que atravesar muchos avatares y desencuentro para verse de nuevo luego de diez años y encontrar a su hijo que hasta ese momento habían creído que estaba fallecido.
 En ese momento, el celular que lo había dejado sobre la mesa de la cocina vibra sin cesar, abro y observo que hay un mensaje en espera que dice:
- Hola, ¿Como estas?
El número me es desconocido, mi intriga por saber quien es hace que inmediatamente le conteste:
-Bien pero, ¿Quien sos?
- Soy Tomas el hermano de Rocío, ¿Puedo llamarte?
- Si claro.
 De inmediato siento sonar mi celular, no me ha dado tiempo ni para agendarlo. Atiendo y siento su voz que me dice:
-¿Cómo has estado?
Su voz tan  dulce y a la vez fuerte me hace desear verlo ahora mismo y al mismo tiempo recordar la noche que pasamos juntos. Salto del sillón y camino de un lado al otro mientras lo escucho, me  pongo nerviosa, no puedo evitarlo, se siente en mi voz. De todos modos trato de disimularlo y contesto.
-Bien, un poco agotada por el trabajo, pero afortunadamente todo marcha bien, y ¿y tú que me cuentas?
- Aquí andamos, trabajando mucho en el restaurante pero eso no importa, te llamaba porque tenía ganas de hablar contigo, espero no ser inoportuno.
-¡Claro que no!,-respondo exaltada denotando mi emoción- estaba viendo un poco te televisión, descansando un poco, para luego seguir limpiando el departamento.
-Entonces si soy inoportuno, mejor te dejo descansar y te llamo en otro momento.
-¡Pero te digo que no, no me molesta en absoluto!
Por horas estuvimos conversando como en la noche de la fiesta, haciendo que el mundo a nuestro alrededor no exista, lo único importante somos nosotros dos en este preciso momento.
-Me agrado mucho hablar contigo nuevamente, pero debo regresar a trabajar- queda unos segundo en silencio y para romper con ese momento incomodo respondo -A mi también me agrado hablar contigo. También continuare con la limpieza.
-No me has dejado terminar de hablar, quiero decir que debo regresar al trabajo pero tengo deseos de verte y quisiera invitarte a cenar.
Quedo estupefacta, segundos en silencio que parecen eternidad, quiero responder a gritos que si, pero guardo la compostura, respiro profundo y ya un poco más calmada contesto:
-Es una buena idea, pero ¿cuando?
-Cuando tú quieras, aquí me cubren en el trabajo, asique eso no es problema.
Si fuera por mi le diría de salir ahora mismo, pero guardo un poco de compostura, no quiero parecer desesperada, será mejor dar unos días disponibles y que él decida – preferiría que sea algún día de fin de semana, porque durante la semana, entre el trabajo y el Instituto termino agotada. Nos mantenemos en silencio, el pareciera que estuviera pensando que día invitarme y yo esperando que conteste.
-¿Qué te parece esta noche? Ya que es sábado y podrás aprovechar mañana para descansar  empezar bien la semana. ¿Me eh apresurado mucho verdad?
-No, está bien. Solo dame tiempo a arreglarme.
-okey, entonces te paso a buscar a las diez. Dime tu dirección, no mejor no te hago perder más tiempo, se la pido a Rocío. Nos vemos mas tarde. Besos
-Adiós, nos vemos más tarde.
¿Adiós? ¿Nos vemos mas tarde?, ¡que imbécil! ¿En que estaba pensando? Creo que demuestra mas emociones una estatua que yo. Cierro la tapa del celular y observo la hora, ¡son las ocho, si sigo dando vueltas no llegare con el tiempo! Dejo el celular sobre la mesa, corro a la habitación a buscar una muda de ropa y me doy una ducha rápida.
A la saluda del baño observo nuevamente la hora, han pasado solo veinte minutos, pero ahora queda la tarea mas difícil, ¡ver que ropa ponerme! Las mujeres sabrán comprender que esta es una tarea muy difícil para nosotras, porque a pesar de que tengamos el armario rebalsando de ropa, nunca tenemos que ponernos, nada que sea adecuado, en estas ocasiones es cuando desearía ser rica o ganar mucho dinero para poder hacer de una habitación un enorme armario donde tenga tanta ropa como en una tienda.
Luego de revisar y probarme todo lo que tengo opto por unos jeans azules claros, bien ajustados, una camisa blanca larga hasta los muslos, un tanto clásica pero siempre efectiva de mangas cortas y para darle un toque extra coloco un cinto negro, ancho y de cuero a la altura de la cintura, y en los pies unos zapatos de cuero negro con la suela de caucho.
Miro nuevamente el reloj, tan solo  falta una hora, ¡cada vez estoy más nerviosa! Afortunadamente del cabello no debo preocuparme porque al secarse solo se enrula un poco, asique lo acomodo un poco y sujeto algo suelto hacia un costado. En un alhajero que tengo busco unos enormes aretes que compre hace unos días y un collar haciendo juego. Luego en el baño me maquillo, algo suave, para la ocasión. En ese instante sueña el timbre del portero, del susto pego un salto y corro a contestar, es él, asique le pido unos minutos, tomo mi chaqueta y bolso y bajo hasta donde me esta esperando.
Subo al coche y conduce, hablamos de muchos temas sin importancia, pero cuando le pregunto hacia donde vamos tan solo responde que es una sorpresa o queda en silencio.
En un semáforo, mientras que esperamos que la luz nos habilite para continuar el camino me dice:
-cierra los ojos.
- ¿para que?- respondo un tanto sorprendida.
- porque quiero que sea una sorpresa el lugar a donde vallamos.
-¡esta bien!
Mientras cierro los ojos me dice- ¡y no hagas trampa!
-¡lo prometo!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario