08 febrero 2012

Capitulo V "primera cita" parteII

Aunque me esta matando la intriga y quiero abrir los ojos para mirar por donde y hacia donde vamos, no le quiero defraudar, aguantare hasta llegar. Lo único que noto por el movimiento del auto que luego de unas cuadras hemos doblado y de ahí en más hemos tomado un camino recto, sin detenerlos, asique supongo que estamos en las afueras de la ciudad. Ahora comienza a disminuir la velocidad asique infiero que estamos llegando. Conduce un poco más y se detiene apagando el motor.
-¿ya puedo abrir los ojos?
-todavía no, yo te diré cuando puedes.
Me hace descender del auto y poniéndose detrás mío me va indicando el camino, hacemos un tramo un tanto largo, o quizás no sea así, que solo me parezca largo por mi estado de impaciencia. Repentinamente nos detenemos – ahora si puedes abrir los ojos- me dice.
Parpadeando continuamente voy abriendo los ojos, me cuesta un poco debido a todo el tiempo que los tuve cerrados. Cuando logro enfocar bien la vista, observo que delante mío hay un yate bastante moderno y fiel a su estilo. Ingresamos al lugar, puente de por medio y el capitán lo saca a navegar.
-Ven que te muestro el bote- me dice el extendiéndose su mano para que pose sobre ella la mía.
Me lleva a recorrer todo el bote, me muestra habitación por habitaciones, la cocina, el comedor, los camarotes, una más bella que la otra, debo admitir que estoy fascinada con este lugar. Por momentos me toma de la mano, para ayudarme a subir y bajar escaleras y por momentos, mientras caminamos, rodea mi cintura con su brazo, cruzamos miradas y sonrisas, no puedo negar que estoy nerviosa y la vez emocionada por esa situación y al parecer a el le esta sucediendo lo mismo.
-disculpe señor, quería avisarle que la cena esta lista para cuando deseen sentarse a la mesa- dice un joven vestido de mozo con una traje azul oscuro.
-¿quieres que cenemos ahora, o prefieres mas tarde?
-Ahora esta bien, debo confesar que ya tengo hambre- respondo esbozando una sonrisa.
-Esta bien, entonces vamos al comedor. Caminamos mientras sigue sujetándome de la cintura.
Algo me llama poderosamente la atención mientras cenamos, a mi me sirven platos bastante elaborados y a él tan solo un platón con un liquido rojo y no puedo evitar preguntar:
-¿Porque te molestaste en hacer preparan tan elaboradas comidas si tu no vas a comer?
-¡Porque quería que esta cena sea especial!
- ¿y porque tu comes esa, esa, esa sopa?
-Porque aunque me encantaría acompañarte con esa existía comida me han mandado dieta y solo me han indicado que en la cena puedo comer esta sopa de tomate.
-Entonces hubieras hecho sopa de tomate para los dos -respondo riendo como haciendo una broma.
-No, no, no podría permitir que tú comas esta cosa, es mucho más rico lo que prepararon para ti.
Al terminar la cena hicimos unas horas de sobremesa, hablamos de diversos temas, reímos, nos divertimos, e innegablemente se percibía un clima de tensión a varios quilómetros de distancia, y no porque nos llevemos mal, al contrario, porque ambos tenemos deseos de arrojarnos a los brazos del otro demostrándonos nuestro amor.
Unas horas mas tarde regresamos a la cuidad, dejándome en la puerta del edificio. Al despedirnos, casi nos besamos, pero finalmente no nos atrevimos, tan solo nos quedamos mirando un momento, y baje apresurada del coche.
Desde ese día en adelante cada vez que debía reunirme con Rocío en su casa él encontraba la excusa para quedarse cerca de nosotras. En una de esas oportunidades, como ya se había hecho de noche, afuera estaba muy frio y la casa estaba alejada de la cuidad Tomas se ofrece a llevarme a mi casa. En el camino hablamos se sonseras, nada interesante para destacar. Cuando ya estamos en la puerta del edificio me dice:
-No quiero ser atrevido, pero quisiera invitarte nuevamente a cenar.
-¿Ahora mismo?
-Si, desde la ultima cena que quiero hacerlo pero no quería ser atrevido, pero si no quieres o no puedes no hay problema otra vez será.
-La verdad que me tomas por sorpresa, debo bañarme, cambiarme, arreglarme un poco, no puedo salir en estas fachas –rio a causa de mis nervios.
-Bueno si es mucho lio lo dejamos para otro día.
-Si, es complicado, pero en ninguno momento rechace tu invitación- me quedo por un segundo en silencio y continúo- si me esperas a que me alistes podremos ir a cenar.
-¡Claro te eh de esperar!, tu ve que yo te esperare aquí en el coche.
-¿Cómo vas a esperar aquí?  Sube conmigo que te preparo algo de tomar mientras me alisto.
Sin resistirse acepta mi invitación como si hubiera estado esperando que lo hiciera. Baja del coche y le pone la alarma. Subimos al ascensor y para oprimir el botón del piso me acerco a el a pocos milímetros de su cuerpo, nos miramos por unos segundos y yo digo:
-Estas sobre el panel de botones.
-¡oh disculpa, no me había dado cuenta!
-no te preocupes.
Presiono el botón y el ascensor comienza a andar. Cuando se detiene, Tomas abre ambas puertas y me da paso para que salga primero, luego las cierra y caminamos por el pasillo hasta llegar a la puerta del departamento. Pongo las llaves en la cerradura, la abro y lo invito a pasar, pero el insiste en dejarme pasar primero. Estando ya adentro le indico que puede sentarse en el sillón diciendo:
-¿Que quieres que te prepare de beber?
-Nada, mejor ve a cambiarte, yo estaré bien.
-Bueno, ponte cómodo, ve la tele si quieres, siéntete como en tu casa.
Trato de estar lista lo más rápido que puedo. Cuando logro por fin terminar, salgo de la habitación hasta el comedor y le digo a Tomas:
-Ya estoy lista.
El se pone de pie, sus ojos muestran sorpresa, me mira lentamente de abajo hacia arriba, haciéndome una minuciosa radiografía. Me eh puesto unas botas color negras que me llegan casi a la rodilla que me había comprado hace unos días, un jean bien ajustada a mi figura al igual que la remera que también tiene un escote sensual, de mangas cortas y un bello estampado. En mis manos tengo una cartera de cuero que hace juego con las botas y el abrigo es un saco  también negro.
Esboza una sonrisa un tanto picara, pone su brazo izquierdo en forma de asa invitándome a entrelazar mi brazo en el de él y salimos a nuestra primer cita.
De camino al centro dice:
-¿Qué te parece si cambiamos la cena por el cine? La verdad es que no tengo mucho hambre y prefiero ver una película, pero si tu quieres ira cenar te acompañare.
-Me parece una buena idea, yo tampoco tengo mucha hambre y es más entretenido ver una “peli”.
-Bueno, entonces ¿que película quieres ver?
- No se que películas se han estrenado últimamente asique elige tu mejor.
Continuamos el viaje hasta un estacionamiento donde dejamos el coche, de ahí caminamos hasta el cine donde vimos una película que no se de que se trata, ni quiera si es buena o mala, porque durante toda su emisión no podía evitar mirarlo a Tomas o pensar y desear que me abrase o hasta lograr un beso de su parte.
Pero el tiempo ya paso, se encienden las luces de la sala y nada interesante ha pasado, creo que es demasiado correcto como para robarme un beso o darme un abrazo sin tener mi consentimiento.
-¿Qué te ha parecido la película?
 Haciendo de cuenta que si la vi le respondo:
-Me ha gustado, aunque  hubo momentos que no le eh prestado mucha atención.
Ríe complaciente- la verdad que yo tampoco le eh prestado mucha atención, no es lo que esperaba. ¿Ahora quieres ir a cenar o a algún otro lado?
-No esta bien, prefiero irme a mi casa, mañana debo levantarme temprano.
Asique salimos del cine, regresamos al estacionamiento, subimos al coche y me lleva a mi casa de regreso, detiene el motor del auto.
-Desde nuestro primer encuentro que tuvimos e deseado besarte pero no se como te lo… no lo dejo terminar de hablar y lo beso, un beso corto pero que eh esperado dárselo por mucho tiempo, nos miramos en silencio y antes que pueda decir algo él me besa, pero este beso es mas largo e intenso.
- yo también hace mucho tiempo que deseaba besarte- responde.
-Desearía quedarme más tiempo aquí contigo, pero debo irme a descansar un poco, no quiero que te lo tomes a mal, ¡me encanto que nos besáramos!
- te comprendo y, a mi también me gusto que nos besáramos. Prometo que esta no será ni la primera ni la última vez que lo hagamos, ya que cada día que pasa tengo mas deseos de estar contigo.
Quedo sin palabras, asique tan solo lo beso nuevamente, bajo apresurada del auto y desde el porche del edificio veo como se marcha en su coche.